¿Para
que nos sirve la asertividad?
Por: Simón Rodríguez Triano
¿Alguna vez, usted se ha
encontrado en una situación en la cual no sabe si reaccionó apropiadamente? ¿o
tomo una decisión que le hizo sentir incomodo? ¿hay una persona que le agrede
verbalmente y usted no sabe cómo hacerle frente? Para este tipo de situaciones,
existen herramientas psicológicas de ayuda para tomar acciones más adecuadas. Una
de esas herramientas es la asertividad, la cual es fácil de comprender y
utilizar en la familia, el trabajo o en la escuela.
Hay quien considera la
asertividad y las habilidades sociales como sinónimos, pero no es así. La
técnica es solo una parte de las habilidades sociales, es aquella que reúne las
conductas y pensamientos para defender nuestros derechos, sin agredir ni
permitir ser agredido.
Por ejemplo: llega a un
restaurant a cenar, cuando el mesero le trae algo que usted ordenó se da cuenta
que el vaso está sucio, con marcas de pintura de labios de otra persona, usted podría
reaccionar de la forma siguiente:
A) No decir nada y usar el
vaso sucio, aunque a disgusto.
B) Armar un gran escándalo en
el lugar y decir que no va a volver nunca más a ese establecimiento.
C) Llamar al mesero y pedirle
le cambie por favor el vaso.
Este ejemplo, muestra tres
formas de reaccionar
Estilo pasivo
Estilo agresivo
Estilo asertivo
Ni A ni B son conductas
apropiadas si pretendemos reducir nuestro estrés.
Muchas maneras de comportarnos
nos hacen ineficaces para la vida social, generándonos malestar. Sin embargo, con
el uso comportamiento asertivo podemos mejorar nuestras relaciones humanas.
Una de las razones, por la
cual la gente es poco asertiva, es debido a que piensan no tener derecho a sus
creencias u opiniones. El entrenamiento asertivo no consiste en convertir
personas sumisas en quejosas y acusadoras, sino a enseñar a las personas a usar
su derecho a defenderse ante situaciones injustas.
He aquí algunas ideas falsas y
cómo el derecho de la persona es ignorado.
·
No hay que interrumpir nunca a la gente,
interrumpir es mala educación.
ü Usted
tiene derecho a interrumpir a su interlocutor y pedir una explicación.
·
Los problemas de uno no le interesan a nadie
más y no hay que hacerles perder el tiempo.
ü Usted
tiene derecho a pedir ayuda y apoyo emocional
·
Hay que adaptarnos a los demás, sino lo hace
uno es posible perder una amistad.
ü Tiene
derecho a decir “NO”.
·
Cuando alguien tiene un problema hay que
ayudarle.
ü Tiene
derecho a decidir cuándo ayudar a los demás o no.
Existen casos en los cuales no
es aconsejable defender nuestros derechos en ese preciso momento, son en
aquellos en los cuales corremos peligro de agresión física o violamos la
legalidad (ejemplo: cuando delincuentes nos insultan en la calle, o un oficial
de policía nos arresta). Recuerde para todo existe un momento adecuado y saber
encontrarlo para decir las cosas es también una buena habilidad.
Hay muchas herramientas
técnicas para ser asertivos, una de ellas de mejor funcionamiento es desarmar
antes al otro con un cumplido, o un reconocimiento de su persona o de su tarea,
para después expresar lo que necesitamos. Vamos a ver un ejemplo ilustrativo de
que queremos decir:
Ø Mujer:
“Luis, ¿podrías ir a recoger a los niños al colegio?, tengo aún pendiente
preparar la lección para mañana y creo no me dará tiempo”.
Ø Marido:
“lo siento, pero acabo de llegar del trabajo y estoy muy cansado, ve tú”.
Ø Mujer:
“sé que estas muy cansado, normal porque te esfuerzas mucho en tu trabajo, tu
jefe debería darse cuenta de eso y no cargarte con tantas tareas, pero te pido
que por favor recojas a los niños porque no puedo ir yo.
En este último ejemplo se defienden
los propios derechos (derecho a pedir ayuda y a expresar opiniones) sin
vulnerar los derechos del otro, puesto que no hay ningún tipo de orden de
menosprecio o agresividad hacia la otra persona.
Ser asertivo es expresar
nuestros propios sentimientos y puntos de vista respetando el de los demás, no
significa querer tener siempre la razón sino expresar nuestras opiniones sean
correctas o no, tenemos derecho de equivocarnos y mejorar.
Para mayor información sobre
el tema les recomiendo el libro “Cuando digo no me siento culpable” Manuel J.
Smith.