lunes, 4 de julio de 2011

Articulista invitado

La confianza ciudadana hacia un gobierno responsable



Por Héctor Yunes Landa

La sociedad mexicana de hoy, es una sociedad incrédula, hay una creciente falta de confianza en las instituciones que nos afecta a todos. Cada vez que los gobiernos estatales o federal anuncian logros alcanzados por la administración pública, muchos, sistemáticamente, dudan o incluso cuestionan sus reales resultados.

Desafortunadamente esta mala percepción de la ciudadanía en algunos casos ha sido bien ganada, ya sea por un mal ejercicio administrativo de gobiernos que se quedan cortos en la oferta de oportunidades y beneficios ante una sociedad cada vez más demandante, que en muchos sentidos se siente decepcionada al no sentir, ni en su bolsillo ni en su entorno, que las obras y acciones del gobierno le beneficien directamente, o por factores como la corrupción, cuando se hace evidente que en muchos casos no se ha logrado erradicar este cáncer de la administración pública.

Algo que los ciudadanos debemos tener particularmente en cuenta es que un gobierno no puede solucionar los problemas sociales de la noche a la mañana. Para ello se hace necesario contar con estrategias bien planeadas y aplicadas, programación de presupuesto y sobre todo, tiempo. Asimismo es necesario promover una cultura de la participación ciudadana, es decir, promover la colaboración directa con la ciudadanía, para borrar de una vez por todas la barrera gobierno-sociedad, y entender que el gobierno lo hacemos todos, en el diario acontecer.

En Veracruz, con la actual administración, tenemos un gobierno de propuestas y de mucha voluntad para cambiar las cosas. Desde sus primeros días se caracterizó por la puesta en marcha de proyectos y obras que beneficiarán a todos los veracruzanos. Tan sólo el ejemplo del Programa Adelante, un ambicioso –por su alcance- y noble proyecto que pretende ni más ni menos

que abatir la pobreza extrema al 50% en los municipios con mayor marginación, nos da una idea del compromiso que tiene este gobierno de apoyar a los que más lo necesitan.

Es nuestra tarea como ciudadanos, como actores de la democracia, vigilar, sí, que los resultados sean reales, pero también confiar en que lo serán, aportar en vez de criticar, y observar en lugar de desconfiar, vamos, dar a nuestros gobernantes al menos el beneficio de la duda.





Esto es precisamente lo que el defensor de los derechos de los migrantes, el Padre Alejandro Solalinde Guerra, ha hecho como el admirable ciudadano que es: confiar en el

Gobernador Javier Duarte para la protección de los migrantes centroamericanos que viajan a través de nuestro Estado.

Alejandro Solalinde ha sido el centro de atención de la opinión pública estatal, nacional e incluso internacional, por su titánica y comprometida labor en apoyo a los migrantes centroamericanos que transitan por los estados del sureste del país para buscar mejores oportunidades de vida. No es sólo un ciudadano activo, es un luchador social que en diversas ocasiones ha señalado enérgicamente la falta de atención por parte de las autoridades al problema del maltrato y discriminación a los migrantes. Su quehacer ha representado para miles de viajeros una esperanza de superación y una mano amiga en un entorno muchas veces hostil para quien llega con las manos vacías a un lugar desconocido.

La sociedad apoya a hombres como éste, que dedican todo su tiempo y esfuerzo a brindarle una oportunidad a los que no la tienen. Pero también muchos segmentos de la sociedad piensan que hombres como estos, que critican y señalan al gobierno, son enemigos de las autoridades. Esto es falso, y Alejandro Solalinde es la prueba de ello.

La reunión que el religioso y el mandatario veracruzano sostuvieron en días pasados, y los acuerdos tomados a raíz de ésta, son el símbolo de la apertura y la comprensión que

caracteriza al gobierno de Javier Duarte. Muchos pensaban que no se iba a lograr un acuerdo, sin embargo lo hubo. Es ahora un compromiso del Gobierno del Estado generar una campaña de protección a los migrantes en la que participen todos los ciudadanos de la mano con las autoridades.

El mismo Solalinde ha reiterado la honestidad y la apertura del Gobernador en este encuentro. Lo que nos muestra claramente que incluso los ciudadanos críticos y activos pueden acercarse al gobierno estatal y encontrar una respuesta.

La dinámica entre sociedad y gobierno debe ser así, de diálogo, propuestas y soluciones; de franqueza entre las partes que permita encontrar puntos de acuerdo. Sólo basta confiar y acercarse, convertir el lamento en demanda y trabajar junto con las autoridades para alcanzar los beneficios que todos queremos.

Nuestro más sincero reconocimiento para el Padre Alejandro Solalinde Guerra, quien no sólo tiene el coraje de defender a los migrantes desprotegidos, sino también la sensatez y la sabiduría de confiar y exigir del gobierno, una respuesta, a través del diálogo respetuoso y sin duda fructífero. Es de esta forma que sociedad y gobierno caminando al mismo paso, que Veracruz seguirá transitando hacia Adelante.

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