VERACRUZ, Ver.— Fidel Herrera Beltrán se “destapa” hacia 2012. Asegura que tiene el perfil para ser el próximo candidato presidencial del PRI y lograr que este organismo político regrese a Los Pinos.
“Soy elegible, falta saber si soy el elegido” acepta y matiza con un mensaje para sus correligionarios: “Si no soy el candidato seré el aliado del elegido para que el PRI vuelva a Los Pinos… No soy adversario, ni le disputo nada a nadie; soy solución, no un problema”.
En entrevista con EL UNIVERSAL se define como un “político profesional y de oficio que cree en la política para dar soluciones” y ataja: “Creo que puedo contribuir en el sitio que me toque, candidato o no candidato estaré, porque creo en la necesidad de que el PRI vuelva a dirigir al país”.
Pese a las acusaciones de sus detractores y a punto de terminar su mandato, el gobernador de Veracruz sostiene que se va con las manos limpias.
Afirma que tuvo logros que catapultaron a su estado y desliza que fue auditado en más de 150 ocasiones por el gobierno federal y que sufrió una estrategia nacional de desprestigio “que tuvo cierto impacto”.
Considera que antes de que se defina al abanderado presidencial del PRI, su partido debe resolver en unidad la designación del líder nacional, ganar los comicios del estado de México y enfilarse a una campaña de reconstitución de las instituciones nacionales.
Ha dejado de hojear algunos libros sobre la historia de Veracruz, uno más de Carlos Fuentes; se pone serio. Para Herrera está claro que su futuro no es buscar la presidencia nacional del PRI y recuerda que el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, ya está en esa ruta.
“He ajustado todas mis acciones al marco de la ley. He sido blanco de las campañas más feroces, desacreditadoras, de guerra sucia, pero porque la gente me conoce las he sobrevivido. Ni ando en lanchas en medio de la inundación, que la tomé para que los lancheros vieran que pueden tener ingresos, ni hago esas expresiones que en las grabaciones me vinculaban con expresiones de poder”.
Apunta que goza del afecto simultáneo de Beatriz Paredes, de Manlio Fabio Beltrones, además de una buena relación con los gobernadores Enrique Peña Nieto, Humberto Moreira y Rodrigo Medina. “La política es una ciencia de conciencia, de constancia y de circunstancia”, parafrasea.
Se dice tranquilo en la víspera de entregar su último informe de gobierno al Congreso del estado, subraya que no ha hecho nada para construir una candidatura de nivel nacional y que si su trabajo y trayectoria da para ser abanderado presidencial, aliado del candidato o militante “ahí estaré, con gran disposición y humildad”.
El gobernador va regresando a su departamento, ubicado en el séptimo piso de una torre en Boca del Río, usa sombrero y guayabera, ha dejado el radio y su teléfono móvil a un lado. Mira por la ventana hacia el mar y confía en que su sucesor hará un buen trabajo.
Sobre otros priístas comenta: “Hay un perfil muy adelantado por las condiciones que han generado en simpatías, en encuestas para Enrique Peña Nieto, hay una consolidación de la reciedumbre, el carácter y le talento de Manlio Fabio Beltrones, hay una presencia nacional de triunfo de Beatriz Paredes y está Paco Rojas, que nos ha dado fortaleza.
“Me hacen el favor de incluirme en mediciones no solamente del país sino en el extranjero, pero eso no depende de mí ni de que quiera. El postularse o que lo postulen a la Presidencia de la República no depende de querer, sino de poder y en ese punto hay que considerar factores externos”.
—¿Usted puede?
—Estoy en condiciones de optar. Soy elegible, falta saber si soy el elegido. Eso es lo que hay que recorrer. Lo que sí sé, es que si no soy el candidato del tricolor seré el aliado del elegido para que el PRI vuelva a Los Pinos, eso es claro y hacia allá quiero hacer mi contribución.
—¿Y en ese juego, usted va a estar ahí presente?
—Debo estar y lo voy a estar, porque además nosotros tenemos que hacer la propuesta del programa, de las candidaturas, tenemos que perfilar al Congreso, el Legislativo es un Poder con poder, necesitamos nuestras propuestas para el Senado y la Cámara de Diputados, para la Asamblea Legislativa del DF y el gobierno de la ciudad de México.
“Yo soy un priísta con una gran tradición política de militancia: he sido cuatro veces diputado federal, una vez senador, una vez gobernador, he participado de manera directa en la elección de un presidente de la República y en la de dos gobernadores anteriores del estado de Veracruz, no en esta última”, relata Herrera.
“He sido presidente del PRI en el DF y en Veracruz, líder juvenil nacional, secretario de Organización, delegado del CEN del PRI en 10 estados, si fuera béisbol, yo puedo jugar cualquier posición, porque tengo esa disposición a trabajar en equipo y sé que puedo liderar y dar resultados”.
Al hacer una metáfora usando cuestiones hípicas, el mandatario veracruzano se define como “un caballo de largo aliento y lodero…”, pues afirma que tras recibir intensos ataques de guerra sucia, no ha sido dañado ni afectada su imagen entre la población.
Herrera Beltrán es un hombre que igual se toma fotografías y se sienta a dialogar con la cantante Yuri o con el actor Mel Gibson que con el libanés Muammar al-Gaddafi.
—¿Usted es populista?
—No uso recursos públicos para ganar elecciones, uso el trabajo político, de un concepto de gobierno cercano a la gente. Si buscar justicia, empleo, desarrollo, seguridad y estabilidad pudiera llamarse populismo... no lo creo, ésa sería la definición correcta… soy un político de ideas modernas que ve al futuro.
Sobre las grabaciones que lo ubicaron como el primer operador de la campaña del PRI subraya que los peritajes han demostrado que hubo un doblaje de su voz o que se tomaron partes de sus discursos para editarlos, con el objeto de manipular a la opinión pública.
Destaca que muchos de sus correligionarios lo ven como “símbolo de victoria electoral” y que estará al lado de los aspirantes presidenciales.
“Sé que tengo ahora un capital político que le corresponde a los veracruzanos y que juntos lo hemos construido. Que hay que cuidar ese capital político y quiero ofrecerlo a la disposición de mi partido, a fin de que el PRI vuelva a la Presidencia de la República.
“Los 12 años alejados del poder nos han dado la fuerza para volver a la Presidencia de la República, pero para volver tenemos que estar unidos y hacer nuestra contribución todos juntos. Y por eso he decidido alejarme de cualquier disputa” empezando por la de la dirigencia nacional del PRI.
Dice que después de entregar a Javier Duarte la gubernatura, descansará, verá algunas películas, terminará de leer un par de libros y en unos días regresará a su despacho de abogado en la colonia Cuauhtémoc del DF, al tiempo de mantener vigente su relación con distintas universidades del país para ofrecer cátedras.
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