martes, 19 de noviembre de 2013

Casa Magnolia en pie de lucha...

A los órganos defensores de Derechos Humanos, institucionales e independientes
A la sociedad en general
A los medios de comunicación
El Centro Cultural Casa Magnolia fue establecido en un espacio que estuvo abandonado e insalubre durante años, un refugio de delincuentes que sólo generaba problemas de seguridad para toda la zona. Hoy en día es un centro de encuentro social donde se crean vínculos, aprendizajes y propuestas para mejorar la calidad de vida de la comunidad, con el apoyo vecinal y de manera creativa. Casa Magnolia fue arrendada hace dos años y nueve meses en un convenio de renta y restauración del inmueble, y activada en julio de 2012. Desde entonces ha permanecido abierta a la comunidad xalapeña.
Actividades de formación ambiental, artística, educativa, deportiva, cultural y de convivencia han sido realizadas por más de 15 meses gracias a la iniciativa y compromiso de la sociedad civil y estudiantes de la Universidad Veracruzana, pertenecientes a más de 17 facultades, entre ellas Ingeniería, Contaduría, Artes, Antropología, Historia, Sociología, Odontología, Biología, Agronomía, Arquitectura, Filosofía, Economía, Idiomas, Letras Españolas y Ciencias Administrativas y Sociales. Además, el Centro Cultural ha contado con el apoyo de alumnos de otros centros educativos, como la Normal Veracruzana y la UPAV, miembros del vecindario y de diversas organizaciones ciudadanas.
Hace apenas unas semanas, el 1 y 2 de noviembre, para celebrar las tradicionales fiestas del Día de Muertos se realizó una de las actividades más exitosas que han tenido lugar: un festival multidisciplinario que incluyó la presentación de propuestas de teatro, danza, música, pintura y escultura a la que asistieron más de 150 personas, entre niños, jóvenes, y adultos, vecinos y muchos otros ciudadanos. A pesar del beneficio colectivo que el Centro Cultural Casa Magnolia representa para la sociedad, desde hace un año hemos sufrido acoso por parte de José Ángel Salas Palmeros, quien utilizando el nombre del FESAPAUV (sindicato al cual dijo pertenecer) pretende desalojarnos, diciendo ser legítimo dueño del inmueble desde 2011, fecha en que dijo haber comprado el inmueble. Inicialmente trató de realizarlo mediante amenazas y violencia, sin embargo, al no conseguirlo, promovió una demanda por despojo sin bases legales, pues ha quedado plenamente demostrado que éramos posesionarios del inmueble antes de la supuesta compra, como atestiguaron legalmente miembros del vecindario que han visto y acompañado la transformación del espacio. Este hombre (cuyo hermano, Gerardo, fue aprendido por extorsión hace unos meses, este mismo año) y su familia son propietarios de varias abarroteras en esta ciudad, entre ellas diversos bodegones de semillas. El proceso legal, evidentemente turbio, ha impedido que el apoyo del vecindario incida en el juicio penal, puesto que Salas Palmeros ha utilizado sus influencias para impedir la correcta aplicación de las leyes, aparentemente solapado por el aparato estatal de justicia. De esta manera ha logrado entorpecer el proceso de manera ilegal, poniendo en entredicho la imparcialidad del juez.
Los integrantes del colectivo Casa Magnolia (integrado por todos los artistas, estudiantes y vecinos del inmueble que trabajan en el proyecto) presentamos pruebas y testigos buscando una solución civil al asunto, sin embargo, éstas no han sido consideradas por el juez, como consta en el expediente de origen 1934/2013 y en la orden de aprehensión contra uno de nuestros compañeros el pasado 17 de abril y cuyo amparo tuvo como número 935/2013. A pesar de que en todo momento hemos procedido a través de los canales jurídicos adecuados, a Salas Palmeros se le favoreció nuevamente cuando se giró una nueva orden de aprehensión a nuestro compañero. Así, hemos sido obligados a iniciar una costosa defensa legal con recursos que de otra manera serían destinados al apoyo comunitario.
Las irregularidades en este caso son numerosas. En primer lugar, el proceso fue convertido en un juicio penal cuando a todas luces se trataba de un juicio civil. En segundo término, se nota una clara actitud de renuencia por parte de Salas Palmeros a enfrentar un juicio civil, debido a que éstos se caracterizan por ser costosos en tiempo y en recursos económicos. En tercer lugar, el delito que se nos imputa no fue cometido y además, no está tipificado como delito grave, por lo que es sorpresivo e irregular que se hayan girado dichas órdenes de aprensión. Esta argucia legal del demandante, aparentemente coludido con las autoridades, busca ejercer una fuerte intimidación contra el proyecto y sus integrantes y lograr el despojo rápido del inmueble. Queremos dejar claro que el acoso que hemos sufrido los miembros del proyecto Casa Magnolia no es un evento aislado. Se suma a una larga lista de agravios y actos de represión contra los diversos movimientos juveniles xalapeños desde hace dos años. Entre otros podemos mencionar los actos de desaparición forzada, golpizas, robos, detenciones múltiples e ilegales, intimidaciones y amenazas sufridas por estudiantes y otros jóvenes de la ciudad, que como los agravios a periodistas y activistas, se han hecho constar en su momento ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Con estas acciones de hostigamiento y connivencia, las autoridades están privilegiando los intereses particulares y políticos sobre los intereses de la comunidad, materializados en uno de los escasos proyectos comunitarios existentes en Xalapa.
Por ello, EXIGIMOS al Estado deje de solapar las prácticas ilegales de las que hemos sido víctimas y retire todo tipo de acoso hacia nosotros, incluido el que realiza utilizando al sujeto llamado José Ángel Salas Palmeros. Demandamos que se reconozca este emprendimiento como una iniciativa tanto ciudadana como universitaria que pugna por la reconstitución del tejido social, por el bienestar colectivo y el desarrollo de actividades en beneficio de todos. A las instancias defensoras de Derechos Humanos les solicitamos su intermediación y respaldo a los estudiantes y demás miembros del colectivo Casa Magnolia para continuar con el trabajo comunitario. Nuestros esfuerzos han sido avalados por el vecindario, en primer lugar, y por quienes han hecho uso del espacio para iniciativas ciudadanas. La rehabilitación del sitio no sólo ha sido física, hemos construido comunidad en sus habitaciones y pasillos, sabemos que es un proyecto valioso para nosotros y
para la sociedad, por tanto NO CEDEREMOS en nuestro legítimo derecho de expresar y promover como ciudadanos las inquietudes artísticas, culturales y educativas que la comunidad necesita.
Xalapa, Veracruz, 20 de noviembre de 2013.
Atentamente Colectivo Casa Magnolia.

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