A los órganos defensores de Derechos Humanos, institucionales e independientes
A la sociedad en general
A los medios de comunicación
El
Centro Cultural Casa Magnolia fue establecido en un espacio que estuvo
abandonado e insalubre durante años, un refugio de delincuentes que sólo
generaba problemas de seguridad para toda la zona. Hoy en día es un
centro de encuentro social donde se crean vínculos, aprendizajes y
propuestas para mejorar la calidad de vida de la comunidad, con el apoyo
vecinal y de manera creativa. Casa Magnolia fue arrendada hace dos años
y nueve meses en un convenio de renta y restauración del inmueble, y
activada en julio de 2012. Desde entonces ha permanecido abierta a la
comunidad xalapeña.
Actividades de formación ambiental,
artística, educativa, deportiva, cultural y de convivencia han sido
realizadas por más de 15 meses gracias a la iniciativa y compromiso de
la sociedad civil y estudiantes de la Universidad Veracruzana,
pertenecientes a más de 17 facultades, entre ellas Ingeniería,
Contaduría, Artes, Antropología, Historia, Sociología, Odontología,
Biología, Agronomía, Arquitectura, Filosofía, Economía, Idiomas, Letras
Españolas y Ciencias Administrativas y Sociales. Además, el Centro
Cultural ha contado con el apoyo de alumnos de otros centros educativos,
como la Normal Veracruzana y la UPAV, miembros del vecindario y de
diversas organizaciones ciudadanas.
Hace apenas unas semanas, el
1 y 2 de noviembre, para celebrar las tradicionales fiestas del Día de
Muertos se realizó una de las actividades más exitosas que han tenido
lugar: un festival multidisciplinario que incluyó la presentación de
propuestas de teatro, danza, música, pintura y escultura a la que
asistieron más de 150 personas, entre niños, jóvenes, y adultos, vecinos
y muchos otros ciudadanos. A pesar del beneficio colectivo que el
Centro Cultural Casa Magnolia representa para la sociedad, desde hace un
año hemos sufrido acoso por parte de José Ángel Salas Palmeros, quien
utilizando el nombre del FESAPAUV (sindicato al cual dijo pertenecer)
pretende desalojarnos, diciendo ser legítimo dueño del inmueble desde
2011, fecha en que dijo haber comprado el inmueble. Inicialmente trató
de realizarlo mediante amenazas y violencia, sin embargo, al no
conseguirlo, promovió una demanda por despojo sin bases legales, pues ha
quedado plenamente demostrado que éramos posesionarios del inmueble
antes de la supuesta compra, como atestiguaron legalmente miembros del
vecindario que han visto y acompañado la transformación del espacio.
Este hombre (cuyo hermano, Gerardo, fue aprendido por extorsión hace
unos meses, este mismo año) y su familia son propietarios de varias
abarroteras en esta ciudad, entre ellas diversos bodegones de semillas.
El proceso legal, evidentemente turbio, ha impedido que el apoyo del
vecindario incida en el juicio penal, puesto que Salas Palmeros ha
utilizado sus influencias para impedir la correcta aplicación de las
leyes, aparentemente solapado por el aparato estatal de justicia. De
esta manera ha logrado entorpecer el proceso de manera ilegal, poniendo
en entredicho la imparcialidad del juez.
Los integrantes del
colectivo Casa Magnolia (integrado por todos los artistas, estudiantes y
vecinos del inmueble que trabajan en el proyecto) presentamos pruebas y
testigos buscando una solución civil al asunto, sin embargo, éstas no
han sido consideradas por el juez, como consta en el expediente de
origen 1934/2013 y en la orden de aprehensión contra uno de nuestros
compañeros el pasado 17 de abril y cuyo amparo tuvo como número
935/2013. A pesar de que en todo momento hemos procedido a través de los
canales jurídicos adecuados, a Salas Palmeros se le favoreció
nuevamente cuando se giró una nueva orden de aprehensión a nuestro
compañero. Así, hemos sido obligados a iniciar una costosa defensa legal
con recursos que de otra manera serían destinados al apoyo comunitario.
Las irregularidades en este caso son numerosas. En primer
lugar, el proceso fue convertido en un juicio penal cuando a todas luces
se trataba de un juicio civil. En segundo término, se nota una clara
actitud de renuencia por parte de Salas Palmeros a enfrentar un juicio
civil, debido a que éstos se caracterizan por ser costosos en tiempo y
en recursos económicos. En tercer lugar, el delito que se nos imputa no
fue cometido y además, no está tipificado como delito grave, por lo que
es sorpresivo e irregular que se hayan girado dichas órdenes de
aprensión. Esta argucia legal del demandante, aparentemente coludido con
las autoridades, busca ejercer una fuerte intimidación contra el
proyecto y sus integrantes y lograr el despojo rápido del inmueble.
Queremos dejar claro que el acoso que hemos sufrido los miembros del
proyecto Casa Magnolia no es un evento aislado. Se suma a una larga
lista de agravios y actos de represión contra los diversos movimientos
juveniles xalapeños desde hace dos años. Entre otros podemos mencionar
los actos de desaparición forzada, golpizas, robos, detenciones
múltiples e ilegales, intimidaciones y amenazas sufridas por estudiantes
y otros jóvenes de la ciudad, que como los agravios a periodistas y
activistas, se han hecho constar en su momento ante la Comisión Estatal
de Derechos Humanos.
Con estas acciones de hostigamiento y
connivencia, las autoridades están privilegiando los intereses
particulares y políticos sobre los intereses de la comunidad,
materializados en uno de los escasos proyectos comunitarios existentes
en Xalapa.
Por ello, EXIGIMOS al Estado deje de solapar las
prácticas ilegales de las que hemos sido víctimas y retire todo tipo de
acoso hacia nosotros, incluido el que realiza utilizando al sujeto
llamado José Ángel Salas Palmeros. Demandamos que se reconozca este
emprendimiento como una iniciativa tanto ciudadana como universitaria
que pugna por la reconstitución del tejido social, por el bienestar
colectivo y el desarrollo de actividades en beneficio de todos. A las
instancias defensoras de Derechos Humanos les solicitamos su
intermediación y respaldo a los estudiantes y demás miembros del
colectivo Casa Magnolia para continuar con el trabajo comunitario.
Nuestros esfuerzos han sido avalados por el vecindario, en primer lugar,
y por quienes han hecho uso del espacio para iniciativas ciudadanas. La
rehabilitación del sitio no sólo ha sido física, hemos construido
comunidad en sus habitaciones y pasillos, sabemos que es un proyecto
valioso para nosotros y
para la sociedad, por tanto NO CEDEREMOS
en nuestro legítimo derecho de expresar y promover como ciudadanos las
inquietudes artísticas, culturales y educativas que la comunidad
necesita.
Xalapa, Veracruz, 20 de noviembre de 2013.
Atentamente Colectivo Casa Magnolia.
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