Rosalba Hernández: de Chicontepec al Poder Judicial, rompiendo todos los techos de cristal
En un país en el que las palabras “igualdad” y “oportunidad” muchas veces se quedan
en el discurso, hay historias que obligan a hacer una pausa y mirar con respeto. Rosalba Hernández Hernández, originaria del municipio indígena de Chicontepec, está a punto de escribir una página sin precedentes en la historia judicial de Veracruz: convertirse en la primera presidenta del Poder Judicial nacida de un pueblo originario.
No es un logro menor. Es la culminación de una vida forjada en la adversidad, con todo en contra: pobreza, discriminación, aislamiento geográfico y una cultura patriarcal que aún pesa sobre las comunidades indígenas. Pero también es el resultado de una convicción profunda, nacida en el seno de una familia humilde, donde su madre —sin estudios formales— sembró en ella la semilla del esfuerzo y la dignidad.
Rosalba no llegó a la cima por cuota de género ni por ser indígena. Llegó por méritos propios. Empezó desde abajo en el sistema judicial: fue meritoria, escribiente, taquimecanógrafa, oficial administrativa, secretaria de Estudio y Cuenta, coordinadora de ponencia... En cada peldaño puso el cuerpo, el estudio y la vocación de servicio. Nadie le regaló nada.
Hoy, con más de 200 mil votos en la elección judicial —un mecanismo que apenas empieza a democratizar el acceso a las altas esferas del Poder Judicial—, está a la espera de que el OPLE oficialice su victoria. Pero su historia ya está escrita, y empieza a contarse desde ahora. A partir del 1 de septiembre, de acuerdo con la reciente reforma judicial, quien obtenga más votos asumirá la presidencia del Tribunal Superior de Justicia, y Rosalba será la elegida.
Su formación académica tampoco es menor. Es licenciada en Derecho, tiene maestría y doctorado, y además un postítulo en Derechos Humanos, Derechos Indígenas y Cooperación Internacional por la Universidad Carlos III de Madrid. Pero más allá de los títulos, hay una coherencia entre su origen, su trayectoria y su compromiso por construir una justicia más cercana, más humana y más incluyente.
Rosalba representa muchas cosas a la vez: la esperanza de miles de niñas indígenas que sueñan con romper cadenas, el rostro de una nueva generación de funcionarias que no deben favores políticos y la promesa de un Poder Judicial que empiece a parecerse más a la sociedad a la que sirve.
Su nombramiento no debe verse sólo como un acto simbólico. Es, o debería ser, el inicio de una transformación profunda en el sistema de justicia veracruzano. Porque cuando una mujer indígena llega a lo más alto de una institución que durante décadas estuvo reservada para élites urbanas, el mensaje es claro: el talento no tiene color, ni apellido, ni dirección postal. Lo que falta, casi siempre, es voluntad política para abrir las puertas.
Rosalba no pidió permiso para soñar ni para ejercer el poder. Lo tomó con la fuerza de su historia, con la dignidad de sus raíces y con la preparación de quien conoce desde dentro los engranajes de un sistema que necesita renovación urgente.
Lo que viene no será fácil. Gobernar el Poder Judicial implica navegar entre intereses, resistencias, vicios heredados y desafíos institucionales. Pero si algo ha demostrado Rosalba Hernández es que sabe luchar contra lo difícil. Que sabe abrirse camino donde antes no lo había.
Y eso, en estos tiempos, vale oro.
Brechas y Calzadas…
En el Congreso del Estado en la Comisión de Medio Ambiente, que preside Imelda Garrido ya se realizan los trabajos para que el próximo mes de Julio se entregue la medalla al Medio Ambiente….
Quien incansablemente sigue tratando de agenciarse beneficios para su Distrito Dulce María Hernández Tepole, quizás como resultado de estas gestiones es que Roció Nalhe decidiera iniciar el programa de las camionetitas que seguirán una ruta para llevar medicamento iniciara en este distrito, bien por los esfuerzos de la Legisladora a la que por cierto le enviamos felicitaciones por su cumpleaños apenas recién festejados…
Y los diputados con licencia en su mayoría regresaron a terminar su encomienda popular pese a que algunos pidieron licencia para convertirse en Presidentes municipales, ahora regresan a seguir cobrando sus 300 mil pesotes mensuales y gozar de sus beneficios de ser diputados aun que algunos no lleven como beneficio alguno en su distrito…
Hablando de malos trabajos, que sentirá la legisladora Federal Elisabeth Cervantes que sus recomendados perdieron en la conquista de las presidencias municipales y todo por su altanería al solo apoyar de manera directa a su “Amigo” de atrás tiempo de Cerro Azul Fernando Hernández Spinoso y aunque dicen los enterados que muchos pensaron que la Diputada Federal llegaría a ser primera Dama de Cerro Azul, resulta que esto no fue así, quedando solo en “amistad de atrás tiempo” esa relación entre el Presidente Municipal Electo y la Diputada Federal… ¿que no?
Quien atendiendo reuniones para fortalecer su llegada a la Presidencia Municipal es Héctor Aguirre ToTo, quien ya empieza a buscar los beneficios para quienes serán sus gobernados. El Presidente electo de Ixhuatán de Madero, ya busca hacer gestiones para beneficio de sus paisanos.
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