Lenin Torres Antonio
Alegres vivimos festejar a la oposición
PRIANISTA la injerencia extranjera en México,
a los medios de comunicación quedarse mudos,
a los intelectuales no escribir ni siquiera una reseña
en contra de esa grave injerencia en nuestros asuntos públicos.
La reciente injerencia extranjera en la política en México, vulnerando y transgrediendo la independencia, la autonomía y la libertad de los mexicanos de decidir en sus asuntos públicos y privados, como fue en la propuesta de Reforma Constitucional en materia de Energía Eléctrica del presidente Obrador que legalmente propuso al Congreso “soberano” de los Diputados, constató cómo la economía está por encima de la política, y que el supuesto maridaje entre economía y política no existe.
El debate sobre economía y política es histórico. A la caída del muro de Berlín prevalecía y triunfaba un pensamiento único legitimador neoliberal ilustrado, y que, en términos generales, pensábamos que era la forma más civilizada y moderna de organizar la vida en sociedad.
La alternativa de una economía controlada por el estado evidenció su “degeneración” e inviabilidad, en el que prevalencia el poder público en manos de un élite política que contravino los preceptos occidentales ilustrados de la democracia.
El debate entre economía y política (democracia) conlleva algunas interrogantes que necesitan ser planteadas y resueltas, ¿es posible el maridaje entre economía y política?, ¿la democracia con un sistema económico neoliberal ha garantizado justicia social?, ¿se necesita la democracia para crear un mundo mejor?, ¿ante el evidente fracaso de las alternativas democracia con libertad pero sin justicia social, o estado sin democracia pero con un mínimo de justicia social, es posible hablar de una democracia sin exclusión social?, ¿debe haber una prevalencia de la política sobre la economía sin que ha esto le nombremos tendenciosamente dictaduras o populismo?
Cuando vimos como el mismo gobierno de los EEUU intervino en México para evitar que se aprobara la Reforma Constitucional Eléctrica que iba a afectar los intereses de sus empresas particulares, se evidenció que la economía, y fundamentalmente, preservar sus intereses en el extranjeros era un asunto de estado para el país del Norte, es decir, teniendo como trasfondo que el Estado que no debería inmiscuirse en los asuntos de la economía, paradójicamente resulta para los EEUU un asunto de Estado prioritario que amerita resoluciones como enviar a una comisión de alto rango a México para convencer, con falsos argumentos ecológicos que ni los EEUU aplica, ya que el consumo de energía del país vecino le obliga a producir el 90% de su energía con combustibles fósiles contaminantes, que desistiera el gobierno del presidente Obrador de intervenir en el predominio de las empresas extranjeras sobre la producción y comercialización de la energía eléctrica la anterior Reforma Energético del ex presidente Enrique Peña Nieto, y que no dejó ningún beneficio social, como bajar el costo de las tarifas del servicio de luz eléctrica a las familias más necesitadas de México y a las pequeñas y medianas empresas.
Es decir, este comportamiento injerencista que vivimos recientemente en México de los países occidentales encabezados por los EEUU, refleja un doble discurso y una doble moral, por un lado, el espejismo democrático que nos han introyectado, el sistema neoliberal ilustrado como el sistema político más civilizado que nos “garantiza libertad, seguridad y felicidad”, y por otro lado, vemos como el imperio occidental su preocupación fundamental no es la democracia sino la economía, y principalmente, proteger sus intereses económicos en el mundo, y preservar su influencia en los territorios que tradicionalmente han tenido. Aunque en el panorama global podamos encontrar ejemplos de sistemas no democráticos neoliberales que le compiten áreas de influencia como China y Rusia.
La visión occidental del pensamiento único legitimador neoliberal ilustrado ha fracasado, y lo evidencia la profunda injusticia social que vive el mundo, que, a 77 años del término de la 2ª Guerra Mundial, y el triunfo de los Aliados (Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra y Francia), y la prevalencia del sistema social y económico neoliberal ilustrado (democrático) que se mantuvo a la caída de la alternativa soviética comunista que estatizó la economía, no hemos visto los frutos prometidos, ni seguridad ni prosperidad o prosperidad para unos cuantos, ni libertad en el sentido de disentir contrario a los intereses del imperio occidental sin que esto implique una persecución mortal injerencista, ahora sin la bota militar y si con estructuras de complicidades de derecha (agentes del Imperio) que permiten el control de los pueblos del mundo, por lo que las áreas de influencia territorial se mantienen intactas, África, América Latina y el Caribe, Parte del Medio Oriente, etc.
Aunque veamos que el crecimiento exponencial económico de la China sin democracia le compita en lo comercial, y Rusia en lo armamentista, la fuerza occidental encabezada por los EEUU, se mantiene como la potencia mundial por el control que tiene sobre las estructuras económicas y comerciales, los energéticos y el armamentismo, estás son sus fuerzas y fortalezas de los EEUU y sus Aliados, por eso hoy los vemos tratando que se desgaste en lo más que se pueda Rusia en su guerra en Ucrania, suministrando armamento al fanático extremista nacionalista Zelensky (Ucrania), y en ningún momento convocando al diálogo, incluso hace poco Gitanas Nauseda, presidente de Lituania, y portavoz de los Aliados, subrayó: “el futuro de Ucrania se decidirá en el campo de batalla (1), es decir, descartan a priori el diálogo y que el conflicto entre Ucrania y Rusia termine a través de la negociación, hay detrás de esta posición perversa de los Aliados sus intereses económicos y políticos, por lo que, qué les importa que se desangre y destruya los pueblos de Ucrania, esto me recuerda a los portavoces de derecha de los Aliados en México, el PRIAN, que sin discutir ni analizar rechazaron a priori la Reforma Eléctrica del presidente Obrador, por lo que podemos con justeza decir, qué les importaba que con ella se bajaran las tarifas eléctricas a las familias más necesitadas y que se recuperara la autonomía sobre nuestros recursos energéticos.
La disyuntiva no está en elegir el estatismo soviético o la democracia ilustrada neoliberal, o estatismo neoliberal chino sin democracia, sino antes aceptar que la alternativa que se mantuvo, la democracia ilustrada neoliberal ha fracasado al no poder construir un mundo con un mínimo de justicia social, es decir, que las riquezas del mundo sirvan para el mejoramiento de la calidad mínima de la vida de los seres humanos que habitamos este mundo, y que la alternativa al regreso de una economía controlada por el estado es un retroceso, esto último sobra decirlo, aunque para algunos que interpretan los intentos de buscar alternativas a ese fracaso como el que hace nuestro presidente Obrador, sea necesario recordárselo y decírselo.
Es urgente pues, la búsqueda de una alternativa que regule la economía desde la política sin dañar su engranaje, y que permita que la política desde el estado pueda tener un papel proactivo para evitar la excesiva concentración de las riquezas en unas cuantas manos que genera el libre mercado.
El reto es mayúsculo y vital para mirar el futuro humano con alegría y seguridad, sin tropezar con cadáveres a causa del hambre, la pobreza, la marginación o las guerras o la violencia del narcotráfico.
Lo real de ese fracaso del pensamiento único neoliberal ilustrado es lo que no admite interdicción simbólica, simplemente el “ser ahí” está con toda sus coordenadas conceptuales y ontológicas, y ese real de la res extensa, lo público, lo social, y su forma en que la hemos configurado, eso real lo que algunos ven como temas de películas de acción y parte de la creatividad, es lo real del mundo, es decir, el sistema de explotación construido para que unos pocos países y una élite minoritaria se hiciera con las riquezas del mundo y construyera un entramado epistemológico para justificarla, que incluso, el sistema de explotación y dominio construye hasta su propio marco de refutación, para que lo veamos en su contraste como la mejor alternativa, por eso, cualquier intento de interdicción a la narrativa occidental es tildada de retroceso a las viejas fórmulas comunistas soviéticas leninistas, y han acuñado nuevo neologismos para denominarlas peyorativamente como “populismo”, una especie de ejercicio retórico de masas decadente y pernicioso.
Esa élite mundial hace poco ejecutó una intervención directa, una injerencia sin empacho y sin prejuicio en México, nuestro país acaba de vivir una descarada intervención del imperio dominante, una trasgresión a su soberanía, y un atentado a su democracia con la manipulación y compra de votos de la apátrida oposición para rechazar la Reforma progresista Eléctrica del presidente Obrador. Hubo una élite minoritaria local (los diputados el PRIAN, PRD y MC, y el poder económico y mediático), que actuaron para que eso ocurriera, e incluso se regodearon como un triunfo "democrático", ignorantes algunos y perversos otros, del atentado contra la viabilidad de México como una nación independiente que puede construir su destino y su vida pública de forma soberana e independiente, por lo que esa injerencia extranjera invalida el resultado de la votación de la Reforma Eléctrica en el Congreso de los Diputados de México.
Como dije antes, esa descarada intromisión de agentes extranjeros, e incluso directamente de los EEUU que enviaron comisiones para evitar que se aprobara la Reforma Eléctrica, porque iría en contra del predominio de los energéticos de las grandes transnacionales extranjeras que controlan la comercialización y producción de la energía en el mundo, y aunque la Reforma Eléctrica dejaba un equilibrio entre la inversión y control privado y la del estado mexicano, 46% y 54% respectivamente, esto no fue de su satisfacción para el apetito voraz del Imperio Occidental encabezado por los EEUU, porque saben que quién controla los energéticos controla el mundo.
Lo que está en juego, en la descarada intromisión e injerencia probada no puede quedar en el silencio, porque simplemente de por medio está el futuro de las nuevas generaciones de mexicanos que hoy aún sin haber nacidos, millones están condenados a la pobreza y la marginación, porque simplemente al país del Norte no le conviene a sus intereses que América Latina se desarrolle, y quiere tenernos como su patio trasero como siempre nos han visto, y continuemos siendo simplemente proveedores de recursos naturales sin la posibilidad, cuando menos, de satisfacer la calidad de la vida de nuestros propios pueblos, he ahí la causa de nuestra pobreza y decadencia, y no olvidemos que hay quienes todavía crean en el emprendedurismo, y en el ideal del yo imposible de alcanzar que algún día seamos exitosos como Carlos Slim u otro ideal inalcanzable dentro del neoliberalismo ilustrado.
Diría Lenin pese a la avaricia y la miopía de unos cuantos, “en los países por muy democráticos que sean, mientras gobierne el capital, una minoría lo seguirá teniéndolo en sus manos...”, su vigencia está pese a que la alternativa soviética de estatización de la economía haya sido un fracaso.
La guerra sucia ha intentado definir al presidente Obrador como un hombre sin ideas claras y ocurrencias, y pese a que llegó a la presidencia de forma democrática lo quieren situar en ese obsoleto comunismo soviético, llamándole populista, pero eso son los contenidos que quieren introyectar el marketing político de la oposición conservadora, y otra es la realidad y las aportaciones históricas que ha estado haciendo el presidente Obrador a México y al mundo.
Más allá de su compromiso y trabajo por la justicia social, construir un solo México sin clases sociales, y su empeño por combatir la corrupción como el cáncer que desde hace unas buenas décadas ha carcomido la perspectiva de un mejor futuro para los mexicanos, y ha provocado la crisis pública que desafortunadamente todavía vivimos, el presidente Obrador recuperó la democracia como una forma de vida pública y no como legitimadora de la “dictadura perfecta” que gobernaba a México, desmitificó la dañina figura presidencial que emulando al tlatoani prehispánico que concentraba un dañino poder absoluto, por lo que ahora como nunca en México vivimos una libertad y podemos disentir como nunca, incluso, ejercemos tal libertad, que la pobre oposición la ejerce para insultar y burlarse de la figura presidencial, y fundamentalmente está demostrando que podemos hablar de un neoliberalismo de izquierda social, que la política puede tener control de la economía sin estatizarla.
El presidente Obrador lo podemos ubicar como un hombre de izquierdas progresista, porque cree en la igualdad real de oportunidades, en el acto comunitario, en la solidaridad y el bien común, y fundamentalmente en que podemos construir una sola clase social, la clase social del bien y el progreso para todos.
Y consciente del debate entre política (democracia) y economía cree que podemos llegar a un término medio, una política que pueda realmente evitar los excesos de desigualdad que per se la economía conlleva, por eso en su intento de voltear la pirámide del poder esto no significa la desaparición de los extractos con que se articula la política y la economía, y que la alternativa no es una estatización o vuelta al control del estado de la producción económica, sino equilibrar los desequilibrios en la repartición de las riquezas, porque el afecto de las políticas privatizadoras iniciadas por el ex presidente Salinas de Gortari fueron los desequilibrios del bienestar y el ensanchamiento entre pobres y ricos, siendo beneficiados una pequeña élite, esa sensibilidad lo pudimos ver en la propuesta de su Reforma Eléctrica, al dejar un “piso parejo” entre las empresas particulares y el estado, interpretada estúpidamente y tendenciosamente como un intento de regresión al estatismo, nada que ver, el presidente Obrador es un hombre de Izquierdas consciente que tenemos un único modelo económico y que si se cuida, podemos que es real que la economía neoliberal puede contener justicia social.
El encono, la furia y el malestar que tiene esa clase política y económica que perdió el control del estado mexicano los ha llevado a un estado estrambótico y delirante, pensando que con ese comportamiento polarizado puede traerles mejores dividendos electorales y político, y ha sido todo lo contrario, he señalado que lo mejor que debe hacer esa oposición si quiere seguir haciendo política es aceptar que la 4ª Transformación Pacífica de México es el lugar común de todos los mexicanos y mexicanas, de todos los partidos políticos e instituciones sociales, que la ruptura histórica que vivimos en el 2018 no fue sólo una sucesión del poder público, México voto para transformarse y construir otro marco de convivencia social y política, otra cultura política y moral, y esa oposición no la ha entendido, por eso el arraigo y el cariño que el pueblo le profesa al presidente Obrador, porque él está consciente de su papel histórico que le toca vivir, y que su aporte a la democracia termina en el 2024, es pues el pueblo mexicano el que tiene en sus manos su destino, y en la reeducación de la clase política la posibilidad del éxito de la verdadera transición democrática, no más de lo mismo como tuvimos con la alternativa panista con Fox y Calderón, quienes pudieron encabezar esa transición democrática y no lo hicieron, el poder los ahogó y mediatizó y se convirtieron en parias de la democracia y en el basurero de la historia.
Los invito a ver más allá del encono y la guerra mediática contra el presidente Obrador, y conocer y apoyar sus pensamientos, para ellos, les recomiendo la entrevista que le hizo Epigmenio Ibarra, particularmente en youtube busquen el apartado segundo (2), para que se den cuenta que nada de comunista ni capitalista, ni expropiador ni excluyente, y si humanista de izquierda y demócrata social:
“Crecer puede significar que haya más dinero pero no concentrado en unas cuantas manos, eso no es bienestar. Por ejemplo, cuando crecimos más en México, cuando hubo más multimillonarios, cuando tuvimos el cuarto lugar de multimillonarios en el mundo, solo nos ganaba Estados Unidos , Japón y Alemania, al final del gobierno de salina teníamos 24 multimillonarios, exactamente en ese tiempo fue cuando más se profundizo la desigualdad social en México, entonces nosotros queremos crecer, si pero con bienestar y queremos fijar la modernidad desde abajo para todos con progreso y justicia, ese es el cambio, es lo que queremos aportar, demostrar que se puede, que es viable, mejor que el modelo anterior, sobre todo lo que se usaba para enfrentar las crisis recurrentes que se daban durante el periodo neoliberal, hablábamos del FOBAPROA que era endeudar, como le paso en Argentina recientemente se metió el FMI supuestamente para que lo apoyara y los dejó en bancarrota, porque le metieron dinero y dinero, deuda y más deuda, desataron la especulación y vaciaron las arcas públicas, y dejaron una tremenda crisis a Argentina, cuidado así no, vamos saliendo con la formula de lo mucho o poco que tengamos se distribuya en bienestar”.
“Nosotros hemos decidido proteger al 70%de las familias en México, no olvides que hay una estructura piramidal en la sociedad mexicana, hay una base muy amplia de gente pobres, una clase media tan extensa y tan ancha, y una cúpula muy minoritaria, de todas maneras, nosotros vamos a llegar, cuando hablo del 70%, estamos hablando de 25 millones de hogares”…
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