sábado, 29 de mayo de 2021

6 de junio de 2021 el parteaguas de México. Por: Lenin Antonio (Columna)


Crónicas Ausentes

Lenin Torres Antonio


La referencia de una democracia inclusiva y corresponsable la tenemos en el vetusto mundo griego, la cuna del pensamiento reflexivo, de la filosofía, y lo es, porque las actividades de la cosa pública eran asuntos cotidianos que implicaban a todos los ciudadanos, la política era una actividad práctica de la vida cotidiana, como ir a comprar los alimentos del hogar, etc., es decir, no había esa separación entre la esfera de lo político y la esfera de la vida cotidiana como hoy lo vivimos, los asuntos del poder público eran terrenales y competían atenderlos a todos los ciudadanos por igual.

No obstante del espíritu cotidiano de la vida pública, esta actividad humana tenía una ontología y obligatoriedad como las leyes de la naturaleza, la castración ontológica que vino posteriormente, tiene que ver con la separación entre el nomo y la physis,  los asuntos humanos perdieron su condición obligatoria y común, y con esta positivización del nomo sobrevino la separación entre la ética y la política, entre la política y la economía. Es sumamente interesante, que si bien la secularización de la política le quitó su halo divino, esto no ocurrió con el político, el líder, por el contrario, asumió un aire místico, en consecuencia se dejaron los asuntos del poder público en manos exclusivas de los políticos, y peor aún, de los ascetas políticos, y el papel del ciudadano se circunscribió únicamente al “voto”, ahí podemos ubicar el momento de la peor desgracia del hombre en sociedad, dejar los asuntos de la cosa pública (república) a la casta de los políticos, hoy, a los profesionales de la política. Caro hemos pagado ese beneplácito los ciudadanos, pues los apetitos egoístas y narcisistas hicieron estragos en las mentes de esos ciudadanos que han ejercido el poder público, y casi, en todos los casos, han fracasado en su función de representantes de la sociedad en el ejercicio de gobernar, porque confundieron sus intereses personales con los intereses comunes.

Pero atender otros asuntos que no sean los nuestros, los personales, también está precedido de actitudes egoístas e individualistas, y en la mayoría de los casos se dejan de atender y se voltea a la esfera de la política, de lo público, cuando se ven vulnerados nuestros intereses personales, desafortunadamente es así, “ya ahogado el niño, se tapa el poso descuidado y al descubierto”. 

En política era del conocimiento público que la clase política era corrupta, y que la política era una actividad que implicaba e implica una encarnizada lucha por el poder público, por muchísimo tiempos vimos como esa casta política y económica asumió el total predominio de la actividad pública a través de la política, y no es extraño señalar que la totalidad de sus fortunas y riquezas de esa clase política y económica haya provenido de las arcas públicas, llegando al execrable mantra que lo “merecían”, “merecían”, “merecían”; y la corrupción se ejerció como una normalidad, llegando a establecer leyes ad hoc en el mundo de los políticos, como, “el que no tranza no avanza”, que muy bien, podríamos decirse que eran sentencias recurrentes en clases de superación personal impartida por un master en apuntalamiento yoico.

La historia de la política se ejercía como una fina relojería suiza, todo en su momento, los ademanes, el tono de voz, la postura, los movimientos corporales, el momento del relevo del poder público, las estrategias reconocidas para legitimar la asunción de los divinizados entes políticos, nada quedaba al azar, la democracia sólo servía para legitimar la llegada al poder público de esa clase política, y “responder a sus promesas de campaña” de forma suigéneris, “un peso para para la obra pública, cinco pesos para la bolsa del político, y cuatro pesos para la red de cómplices que sostenían la obra de teatro en que se había convertido la realidad política mexicana”, y así mantener el pernicioso equilibrio entre los intereses personales de la clase política y los intereses colectivos y comunes del pueblo.

Todos sabíamos cómo funcionaba la dictadura perfecta, pero había un silencio tabú y sepulcral, incluso, de los mismos ciudadanos. Esto vino funcionando muy bien, hasta que el equilibrio que habían mantenido entre los intereses privados y los públicos los viejos zorros y dotados de la política comenzó a colapsarse, en primer lugar, con sus muertes, y en segundo lugar, porque no les dio tiempo de educar en “el viejo arte del equilibrio entre lo público y lo privado”, mejor conocido como la “dictadura perfecta” a sus bisoños relevos generacionales, al poco tiempo del relevo comenzaron los problemas, y a fallar el equilibrio por la “ignorancia en las matemáticas” de los bisoños de la política, así que al estar ante el erario público la ambición los enloqueció, y comenzaron a repartirse (robar) de forma desmesurada y a olvidar el “tacto político”, esta escena surrealista del México posrevolucionario, me recuerda la letra de una canción de Joaquín Sabían, que algunos párrafos bien podría ser reproches de la vieja clase política a su relevo generacional por la vulgarización del viejo y promiscuo arte de gobernar: “Tú sabes que para hacer una buena caza no necesita usar la navaja un verdadero profesional. Tú siempre mimaste al pobre a costa del rico, lo que era un arte, mierda de pico, está empezando a degenerar. Tú que tenías la más exclusiva clientela en cada golpe dejabas tu sello de autor”, y comenzaron a olvidarse del equilibrio, y convertirse en unos vulgares ladrones, contraviniendo el sabio consejo layinanio de “robar poquito”, repartieron el erario público de forma desproporcional, “cinco centavos para la obra pública, nueve pesos para la bolsa del político en el poder público en turno, y cero pesos para sus redes de complicidades”, y para el colmo, iniciaron a aupar como sus relevos, no tan sólo a sus familiares, sino a sus novias, novios, suegras, suegros, amantes, choferes, etc., dejando relegada a esa red de complicidades que era la que realmente sostenía el poder de esa clase alta del poder público y económico. 

La rebelión no se hizo esperar, comenzó al interior de los mismos partidos prianista, no en la cúpula sino en la base, y después en la sociedad que sin esos tlatoanis hipnótico que los mantenía con la promesa que estaban construyendo las bases para su futuro, y que la modernidad pronto llegaría, se toparon con la cruda realidad, y los rezagos históricos que paulatinamente se fueron acumulando se les vino encima: la violencia, la pobreza, la marginación, la falta de educación, las carencia de empleos, y para desgracia, la naturaleza parece que se puso de acuerdo con todos esos males, y también les hizo despertar de su sueño placido con que venía viviendo pisoteando a la naturaleza, y le lanza una terrible pandemia del coronavirus que se ha llevado a los moradas de Aqueronte a más de 3 millones de humanos que no debieron morir.

Dice Kant que el filósofo Hume lo despertó de su sueño dogmático, en cuanto a los alcances de la razón para conocer, y a los mexicanos nos despertó de nuestro sueño dogmático, la violencia y la pobreza, entre otros males, un México que se dio cuenta que había vivido engañada por una clase política que sólo le interesaba el poder y el dinero. La realidad nos escupió a la cara y México decidió optar por un nuevo liderazgo en la persona de Andrés Manuel López Obrador.

Hemos visto estos dos últimos años de gobierno obradoristas, los intentos de esa clase política y económica de hacer fracasar el nuevo liderazgo que los mexicanos optamos, a base de estrategias fascistoides, y sin liderazgos visibles ni propuestas de país que sean alternativas a la 4T. Así hemos visto como día con día, principalmente en esta época de campañas electorales, usar todas las formas imaginables para hacer fracasar la 4T, divulgados en las redes sociales y los medios de comunicación, y si hay que seguir usando la tragedia de la pandemia como arma de lucha política se sigue usando, y si hay que mentir reiteradamente se miente, y si hay que hacer montajes, copiar y pegar se hace, incluso, existen ejércitos de personas contratadas para tal fin, la campaña de la oposición sin ideas y si con mucha maldad sigue su guion a pie juntilla, la idea es sacar a Obrador del poder público, y ponerse ellos, no hay otro objetivo, claro con la perversa idea que es posible engañar al pueblo mexicano.

Hemos pensado que nuestras exigencias como ciudadanos debe ser dirigida a los candidatos que piden ser votados, pensando que en ellos recae la mayor responsabilidad, pues son los que piden el voto y la confianza del ciudadano para gobernar, pero pensando en el mundo griego que les hablé al principio, es innegable que el votante tiene una mayor responsabilidad:

Primero, en no dejarse engañar, tener atenta su capacidad racional para distinguir a esos mercenarios de la política, que, por cierto, fácilmente se les distinguen porque son los mismos, como los candidatos del prianismo, que su historia se puede contar en tres actos: Primer acto: Unas bandas de ladrones por separados entran a nuestras casas y las saquean y nos arruinan. Segundo acto: Las bandas de ladrones sin ni siquiera cambiarse la ropa andan libres y actúan como si no fueran ellos los que nos arruinaron y saquearon nuestras casas. Tercer acto: Al poco tiempo se juntan y disfrazados de policías y jueces llegan a nuestras casas y nos prometen atrapar a los ladrones y hacer justicia.

Segundo, que desafortunadamente estamos ante un solo proyecto de país, que es la 4T, porque si hubiera otra propuesta sería más rico e interesante el debate y la campaña electoral, así que nos encontramos ante un solo proyecto de país que tiene que ver con la consolidación de una verdadera transición democrática, y la elección de regímenes transparentes y honestos, paralelamente presenciamos  fuerzas retrogradas que desean volver a la cultura política de la corrupción y la simulación, y al viejo equilibrio pernicioso entres sus intereses privados y los públicos.

Tercero, que el votante debe saber que hay una guerra sucia que trata de ocultar los verdaderos intereses que están detrás del bloque opositor prianistas a la 4T, que un empresario X. González es quien encabeza y liderea tal bloque opositor, que los partidos PAN, PRI y PRD sirven a los intereses de ese poder económico y mediático, y que lo que están buscando es volver al “pinche poder”, como bien lo acuñó y dijo el célebre priista Fidel Herrera Beltrán.

Las cortinas de humo están echadas, las mentiras que quieren que sean una verdad de la oposición prianistas están dichas y publicadas, y en marcha la patética guerra sucia contra el gobierno obradorista que recibió un estado quebrado, con abismales rezagos en todos los indicadores sociales, y pese a eso, está trabajando por los menos favorecido y los pobres, aun en contra de esa oposición desleal y apátrida que jamás ha apoyado las causas comunes como la pandemia del coronavirus, la violencia, etc., se mantiene atendiendo los problemas de los mexicanos. Una oposición prianista que quiere hacer olvidar toda la responsabilidad que tienen de la crisis pública que vive hoy México, y que quiere volver al poder público sin proponer absolutamente nada para resolver los graves problemas que laceran la vida en sociedad. Ahora queda la responsabilidad del votante, del ciudadano de a pie, que estoy convencido tiene memoria, y le duele los muertos y el sufrimiento que hemos pagado para construir este país que ahora si lo haremos libre, independiente y democrático. Por lo que el pasado jamás debe ser una opción.

El 6 de junio, o los votantes consolidan la Cuarta Transformación Pacífica de México y de Veracruz, o, optan por la vuelta al pasado de la vieja cultura de la simulación y el engaño que tanto daño ha hecho a los mexicanos.

Mayor de 2021

  


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