TLACOTALPAN, Ver., 31 de Enero de 2015.- Con un lleno total en el patio de la Casa de Cultura “Agustín Lara” de esta ciudad, el foro de Presentaciones Artísticas y Editoriales, organizado por el Instituto Veracruzano de la Cultura y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, presentó este sábado a dos propuestas jóvenes en la ejecución del son jarocho en una fusión de instrumentos tradicionales y de otros ritmos.
La apertura musical del programa de este día estuvo a cargo del grupo Tson Pantli, procedente de Tabasco, que presentó el disco “Sones jarochos y cantares tabasqueños”, una fusión de música autóctona indígena de pueblos tabasqueños con temas del repertorio sotaventino.
La propuesta de este juvenil grupo crea un sincretismo entre el son jarocho y los tamborileros tradicionales de la región del Chontal, además de que promueven la lengua Yokot’an como necesidad de continuidad oral mediante cantos en dicho idioma. El grupo utiliza instrumentos tradicionales como las jaranas, el requinto jarocho, chinchines (sonajas tradicionales) que se mezclan con ka flauta de carrizo y tambores chontales.
Tson Pantli es un grupo joven e independiente, dirigido y creado por Ezequiel Rosado Gómez, que nace en octubre de 2010 para promover y difundir la cultura a través de las manifestaciones artísticas, viajando con frecuencia a pueblos indígenas y tradicionales, empapándose de la cultura que lucha por no dejar de existir.
Por media hora, el grupo deleitó al público con piezas como “El torito” fusionado con los sonidos de un tambor chontal, El Siquisirí, el Pájaro Cú, El Butaquito y el Son del Colás fusionado con la Danza de la Máscara.
El segundo grupo en subir al escenario fue Semilla que presentó su disco “Invadiendo la ciudad”. Este grupo se encuentra en activo desde 2003, y definen su género como son jarocho urbano ya que interpretan el son jarocho tradicional con arreglos contemporáneos, en una mezcla de diversas instrumentaciones y géneros musicales.
En el 2010 presentaron su primer material discográfico titulado “…y la semilla se riega”, y en su segundo disco “Invadiendo la ciudad”, demuestran su forma de interpretar y vivir el son desde una perspectiva urbana, exploran diversas instrumentaciones, rítmicas y arreglos, propios de sus vivencias y cotidianidades, para generar así una propuesta musical original, sin dejar de lado la raíz del son jarocho tradicional.
Ante el aplauso del público, el grupo Semilla ofreció sus propias versiones de sones como “Guanábana”, “La Morena”, “La Bruja” y “El Butaquito”, y la premura del tiempo, con otros
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