Exitosa colaboración IVEC-UV en el ciclo literario Voces de la Tierra

* Con el libro Carne, deseo, cultura, inició el ciclo en el Salón Azul de Humanidades
Xalapa, Ver. a 27 de marzo de 2015.- El Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC) en coordinación con la Consejería de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV), inició el ciclo Voces de la Tierra, con el libro Carne, deseo, cultura de Rosío Córdova Plaza, en el Salón Azul de Humanidades.
Ante un público en buena parte por estudiantes de la UV, al inicio de la jornada, Sergio René Cancino Barfusson, académico e investigador de la UV, se congratuló por la inauguración de este ciclo mensual de presentaciones editoriales de corte antropológico, y que ésta haya sido con un texto de Córdova Plaza, “un trabajo de investigación muy amplio y diverso sobre estudios de género.
”Con esta obra, Rosío Córdova Plaza da cuenta de tres lustros de reflexiones que varían entre la sexualidad femenina, el cuerpo, los protocolos culturales, algunas transgresiones al régimen de sexualidad –como las que se efectúan con el aborto–, la magia erótica, la diversidad sexual y el turismo sexual masculino”.
La riqueza de lo expuesto, abundó Cancino Barfusson “consiste en darnos cuenta de la complejidad y las tensiones de lo que la sexualidad nos ofrece como herramienta metodológica para analizar la sociedad. Elementos de análisis generadores de estrategias de desmantelamiento de esencialismos para permitirnos más mundo por vivir y convivir”.
Luego de agradecer al IVEC y a la Facultad de Antropología por la organización de este ciclo de presentaciones, la autora de Carne, deseo, cultura editado por el IVEC y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, afirmó “que la mirada antropológica sobre la sexualidad es fundamental. No podemos entender los estudios sobre sexualidad, género y el cuerpo si no introducimos esta dimensión antropológica”.
Se trata de un tema estudiado desde hace muchos años por Rosío Córdova Plaza, investigadora del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV y miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores, quien enfatizó que “realmente estudiar la sexualidad es algo fascinante.
”Justo cuando nos acercamos a la manera en que vivimos la sexualidad, nos damos cuenta de estos contenidos naturalizados. Funcionamos como si todo lo que pasa en nuestro entorno, en el campo sexual, fuera común a todos los seres humanos y no es así. Si revisamos cómo se vive la sexualidad en otras culturas y otros tiempos, podemos hasta sorprendernos”.
Sin embargo, parte de las conclusiones de la académica de Número de la Academia Nacional de la Mujer, es que “la sexualidad está inserta en un régimen que está normado por protocolos culturales, y no podemos entender la sexualidad si no nos acercamos a la manera en que la sociedades piensan lo que es el cuerpo, lo que es el parentesco y lo que es el género.
”Estos protocolos culturales, nos están diciendo cómo tenemos que entender y vivir nuestro cuerpo, y en ese sentido, si se piensa que estas dimensiones como el género, el cuerpo, la sexualidad o la familia y los parientes son algo natural; no se entiende cómo la sexualidad es socialmente construida y vivida y que está cargada de significados socialmente compartidos
Un régimen de sexualidad, “nos va a decir qué le puede hacer qué a quién, por dónde, cómo y cuándo. Desde el momento en que la cultura existe en los seres humanos, no hay sexualidad, sino prácticas sexuales, pero hay prácticas que están normativizadas, esto es, no hay sexualidad sin estas normas”, agregó Córdova Plaza, ganadora en 2000 del Premio de Género Helen I. Safa de la Latin American Studies Association.
“La sexualidad como categoría y dimensión, resulta por demás relevante en el análisis de las relaciones de poder entre los seres humanos, y son estas particularidades en las prácticas sociales las que nos hacen replantearnos lo que es natural en nuestra propia sociedad”, concluyó en su participación Alejandra Melgarejo, alumna de Antropología de