Entre la comicidad y la reflexión, el actor Héctor Bonilla rindió homenaje a El Flaco de Oro con su espectáculo Cada quién su Lara, como parte del Festival Agustín Lara 2014 organizado por el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), este jueves en el Teatro del Estado General Ignacio de la Llave, donde el público aclamó la entrega de quien llena el escenario desde que aparece en él.
Trabajar de manera conjunta con el IVEC fue muy atractivo para Bonilla, pues “oía a Lara desde muy chiquito, porque mi mamá y una de mis hermanas cantaban todas sus canciones. Me llamó mucho la atención lo hábil que era para hacer letras muy afortunadas, así como la gama musical de un hombre que de manera empírica se sentó en un piano y empezó a sacar cosas”, dijo el primer actor en entrevista exclusiva, previo a la presentación.
Con un número multidisciplinario que incluyó canto, teatro, música de piano, guitarra y percusiones en vivo, así como narrativa oral, los asistentes pudieron conocer otro Lara: el Lara actor que conocemos en teatro, cine y televisión y que amó su profesión desde su adolescencia, cuando supo que podía hacer reír a la gente y obtener su atención con sólo subir a un escenario, aunque éste fuera escolar. Varias décadas después, con un sólo gesto facial y un poco de impostación en su voz, Bonilla trajo por momentos a la vida a El Flaco de Oro, en una muestra de su maestría actoral.
Así inició un viaje en el tiempo, a través de la voz y eventualmente la caricaturización de ciertas anécdotas del compositor veracruzano. Hombre contrastante en sí mismo, con un amplio manejo de técnicas musicales, una impresionante capacidad de improvisación, un gran bagaje poético heredado de su progenitor y un entorno brutal de sexualidad desbordada en los burdeles de entonces, Agustín Lara debió además su éxito “al nacimiento de la radiofonía, la aparición de la XEW que se vuelve la voz de América Latina”.
Fue un hombre que quiso ser del siglo XX, aunque nació a fines del XIX, y entre otras cosas que significaron sus múltiples facetas “lo esencial es que amaba a Veracruz”, expresó quien estudió actuación en la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
En la primera mitad del siglo XX, “la hipocresía galopante de la sociedad y el lugar lamentable que tenía la mujer hicieron de las composiciones de Lara una bomba, pues hablaba justo de esa sexualidad que no se permitían los señores decentes; esas canciones que en muchos casos fueron prohibidas hasta por la iglesia”.
Uno de sus grandes éxitos, Aventurera, compuesta en sólo 15 minutos y como “calentamiento”, era tarareada a escondidas por las mujeres de esa época. Quien entonces era su esposa, Angelina Bruschetta, protestó por la letra al escucharla recién terminada: “cómo era posible que la ofendiera con una melodía para una prostituta”, narró Bonilla a manera de anécdota.
En Cada quien su Lara, el actor estuvo acompañado por la mezzosoprano Paola Danae, originaria de Hermosillo, Sonora, egresada del Conservatorio Nacional de Música. Ella ha cantado en foros como el Palacio de Bellas Artes, el Lunario del Auditorio Nacional y la Sala Nezahualcóyotl, por mencionar algunos.
Omar Rojas también fue parte del elenco, él cuenta con estudios de Maestría de Composición Musical en la Academia Janacek de Artes Escénicas y Musicales de Brno, en la República Checa. Fue galardonado con el primer premio del VII Concurso de Composición Musical en la Universidad de Zaragoza España. Alemania, Austria, Chile, República Checa, Estados Unidos, Eslovaquia y Hungría son algunos de los países donde se ha interpretado su música, además de México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario