El Instituto Veracruzano de Educación para los Adultos (IVEA) cuenta con figuras solidarias en sus más de cinco mil círculos de estudio distribuidos en toda la entidad: los asesores, cada uno de ellos con una historia diferente al igual que los educandos.
A sus 40 años de edad, Edith Gilberta Montero Morales está cumpliendo 20 años como asesora del IVEA, su interés nació al ver en la televisión una invitación para enseñar a los adultos que no sabían leer y escribir, “encontré a una persona del instituto, quien fue mi primer técnico docente, me enseñó cómo tenían que formarse los grupos y cuánta gente se requería”, comentó.
“Tal vez eran tantos mis deseos y mi vocación que me puse a buscar alumnos, encontré 70 y se los llevé, me dijo que lo que había hecho era ser un promotor, que debía buscar asesores para atenderlos y así inicié”.
Ella inició como promotora, pero su deseo y vocación por ayudar la convirtieron en asesora de diferentes programas, donde sus educandos se sienten contentos y satisfechos; “inicié con Primaria y después con Secundaria, actualmente llevo el programa 10-14, tengo niños que abandonan la escuela, que desertan por muchos motivos, principalmente los económicos, están conmigo y muy contentos, sus papás me comentan que después de que lloraban por ir a la escuela ahora están felices y me preguntan qué les doy; les contesto que la confianza y mucho cariño, los quiero mucho, me identifico con ellos, soy amable.
Edith es una mujer muy comprometida con sus alumnos, que trata de crear un entorno de confianza para que se animen y no deserten, “siempre trato de estar antes que ellos para que cuando lleguen los reciba cordialmente, les pregunto qué hicieron en la semana e inicio con ese ambiente”.
Los programas que maneja son Alfabetización, Primaria, Secundaria y 10-14, una de sus estrategias para motivar a las personas es llevarles los elementos necesarios para inscribirse al instituto.
Para ella es satisfactorio saber que con poco o mucho ha contribuido para que jóvenes y adultos salgan adelante; “estoy muy contenta porque me da gusto ver por ejemplo, a una alumna que tuve en mis inicios y hoy es gerente en un banco, muchos han terminado sus carreras o están en buenos trabajos, eso para mí es motivo de satisfacción, ver también que mis alumnos aprenden a leer y escribir me motiva”.
En el año 2005, Montero Morales obtuvo la medalla al Mejor Asesor y cada vez que la ve, la motiva día a día a compartir sus conocimientos con quienes más lo necesitan, porque al final tiene su recompensa.
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