La golpiza que le propinaron 11 golpeadores al candidato a diputado local por el PAN, Eduardo de la Torre Jaramillo, es un acto reprobable y condenable. Sin embargo, ha sido también una excepcional oportunidad para que el político se martirice más de lo debido. Ahora resulta, según dice el mismo, que es el único político con una talla profesional en el estado y refiere que los golpes que le propinaron se deben a que platicó con funcionarios gringos que vinieron de la embajada norteamericana a conocer la realidad del proceso comicial en Veracruz, luego de que él, declaró a la prensa local la profunda inequidad y desaseo con que se desarrollaron.
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