Así en Veracruz

martes, 12 de febrero de 2013

LA PUTA DE BABILONIA


Por: Isael Petronio

Ratzinger ha renunciado al papado; se había puesto el nombre de Benedicto XVI; algo pasó por su mente de manera trascendental que no quiso morir como el "vicario de Cristo". Seguramente sabe que es lo mismo morir como un simple mortal más o como el sumo pontífice de una institución aún poderosa como lo es la iglesia católica, apostólica y romana. Siendo un conservador dentro de la iglesia, llegó a ser el dirigente de la institución que fue la "santa inquisición" ahora "Congregación para la Doctrina de la Fe", peleó mucho para evitar que su grey católica cayera de bruces ante los nuevos becerros de oro del mundo globalizado; el mismo, dio entrada a la era tecnológica al abrir los portales de facebook y twitter para el Vaticano... pero su pleito más profundo y que seguramente le arrancó las fuerzas y un poco de fe, fue sin duda: saber que Sodoma y Gomorra no eran míticas, sino que estaban en el corazón de la institución que el mismo dirigió. Primero con los horrores de los Legionarios de Cristo, fundada por Marcial Maciel, que en su voracidad fornicó hasta con sus hijos y después, por cientos, sino que por miles, con sus curas pederastas en muchas naciones; después con su secretario y los papeles de wikileaks, que descubrieron lo que siempre se ha sabido: el Vaticano es una cueva de políticos de todo el mundo, donde se distribuyen el poder terrenal, alegando los derechos de un poder celestial: gordos, ricos, golosos, fatuos y ambiciosos son los rasgos comunes del clero de esa iglesia. Lobos solitarios y depredadores, que con la piel de oveja del discurso primigenio del cristianismo solidario y la salvación de las almas, atrajeron a si, a las trampas de la fe, a millones de creyentes con los que se alimentaron día a día, de la limosna, de la caridad, del sexo infantil y no tanto, saciando un apetito pervertido por los mismos cánones antinaturales de la institución. ¿Celibato para qué? ¿Sólo hombres, para qué? ¿Bancos del Vaticano para qué? ¿Bendecir armas para las guerras santas, para qué?
Como en muchas cosas, el discurso se quiebra frente a la realidad, la fe frente a la ciencia, el realismo político frente a la utopía. Joseph Ratzinger ha renunciado al papado, porque dice que está cansado y no tiene fuerzas para seguir con ese apostolado... yo digo que la que esta cansado y no tiene fuerzas es esa institución eclesial que dejó crecer en su propio corazón todos lo males que decía que iba a combatir.
De nada le sirvió la fe a Benedicto XVI, frente a la realidad de una iglesia corrompida hasta los huesos; queda a salvo la idea de un Dios bueno y misericordioso, para todos aquellos que así desean hacerlo; nada queda a salvo para los que creyendo actúan de manera contraria a lo que predican. No se salvará el corrupto, tampoco el impío, menos el que jura el nombre de Dios en vano para hacerse de las riquezas del mundo y explotar a su hermano el hombre. Salvo que en su cinismo, sepa, que todo ello era una cosa irreal para embaucar a los más ignorantes y aprovecharse de ellos.
Para nosotros, los no creyentes, construir la humanidad teniendo al hombre mismo como la centralidad de la cultura, implica no hipostasiar al ser del hombre y menos, alejarlo de su compromiso ético otorgándole un ficticio perdón que lo hace cínico. Implica, un código ético, que impida la explotación misma del hombre por el hombre, garantice la igualdad plena entre los sexos, la justicia como normas autoimpuestas bajo un sistema democrático y sobre todo una ruta crítica del desarrollo que nos permita convivir sustentablemente con la naturaleza, utilizando racional y positivamente los avances de la ciencia.
¡Feliz viaje a la nada Sr. Ratzinger!


No hay comentarios:

Publicar un comentario