Este domingo en la sede estatal
del Partido Revolucionario Institucional nos reunimos con nuestros amigos y
aliados del Partido Verde Ecologista de México y de las asociaciones políticas
estatales con registro ante el Instituto Electoral Veracruzano: Unidad y
Democracia; Democráticos Unidos por Veracruz; Vía Veracruzana; Asociación
Política Estatal Cardenista y Foro Democrático Veracruz, con quienes guardamos
estrechos vínculos ideológicos y políticos, una común visión de futuro en favor
de los veracruzanos, con el firme propósito de formar una alianza electoral
para alcanzar el triunfo en las elecciones que en breve habrán de celebrarse en
los municipios de Coxquihui y José Azueta.
Se trata de una alianza
política que trasciende la coyuntura electoral, porque somos organizaciones
políticas y sociales con propuestas similares para gobernar ambos
ayuntamientos.
Por esta razón, nuestra alianza
tiene sustento y fundamento, y resulta de clara comprensión para los electores.
No hay contradicciones graves ni agravios insalvables que nos hayan enfrentado
en el pasado; tampoco existen incongruencias ideológicas ni proyectos de
gobierno opuestos, que ningún ciudadano puede entender sin percibir cierta
esquizofrenia política y oportunismo, como ocurre en las alianzas que la
izquierda y la derecha han celebrado y pretenden seguir celebrando en algunos
estados de la república.
Que no es posible explicar ni
entender alianzas electoreras y oportunistas, después de que ambas fuerzas
políticas se han descalificado históricamente con profundos agravios, y han
propuesto a la nación proyectos de gobierno no sólo distintos, sino
particularmente opuestos, antípodas, incompatibles e irreconciliables.
La sociedad demanda seriedad y
honestidad a los políticos, y buscan un referente claro para la representación
de sus ideas e intereses. El ciudadano no puede entender cómo después de
décadas de tratar de convencerlos de que unos representan a Dios y otros al
Diablo, en la coyuntura electoral aparecen dándose la mano, simulando que no
hay diferencias, y que es posible gobernar sin aclararle a ese ciudadano
confundido cuál será el destino de su voto, si a favor o en contra de la intervención
del Estado en la economía; en relación a los matrimonios del mismo sexo; del
aborto, y de las reformas estructurales que le urgen a la nación.
Muchos ciudadanos están
gravemente decepcionados de la actitud de estos dos partidos y, lo que es peor,
esta decepción se puede hacer extensiva a la política y a todos los políticos,
causando un daño de consecuencias incalculables para la moral pública de
México.
Lo que exhibe esta actitud es
un innegable cinismo y una obsesión lamentable por ganar a toda costa, por
obtener el poder político sin aclarar a los ciudadanos para qué se quiere, es
decir, qué es lo que se va a hacer una vez logrado el triunfo electoral.
La política, como hemos
sostenido, debe servir para mucho más. La Política debe ser la ciencia y el
arte que haga posible concretar el desarrollo y el progreso de un pueblo,
mediante consensos y acuerdos, pero nunca inconcebibles ni tampoco
insostenibles. La política debe ser siempre el triunfo de la razón y la
propuesta, que sustente un proyecto político viable y abierto de cara a la
sociedad que va a elegir entre diversas opciones.
Nosotros pensamos que en la
etapa electoral es imprescindible mantener con honestidad y franqueza nuestros
postulados ideológicos y nuestras propuestas, porque así es como el ciudadano
puede elegir conociendo el destino de su voto, así puede saber el rumbo que
tendrá su municipio, estado o país. Posteriormente, a la hora de gobernar,
viene la hora de los consensos, donde se negocian las diferencias y se
contemporiza con los adversarios, a fin de lograr un acuerdo político que
integre voluntades y sume fuerzas a favor del progreso de la comunidad.
Defender con honor y gallardía
nuestros principios nos hace más fuertes y más respetables, y propicia el
fortalecimiento de la confianza ciudadana en el proceso político, en la democracia
y en las instituciones que sustentan la vida pública.
Por eso me congratulo de que, a
diferencia de las alianzas oscuras e incomprensibles de los espurios y los
legítimos, la alianza que ha firmado el PRI con el PVEM y cinco asociaciones
políticas estatales, es una alianza respetable y de gran congruencia política,
y estoy seguro que los ciudadanos de Coxquihui y de José Azueta habrán de
reconocerlo con su voto a favor de nuestra propuesta.
Por lo mismo agradezco la
disposición y confianza al Partido Verde, representado por Javier Enrique
Chávez González, y a las asociaciones políticas estatales “Unidad y
Democracia”, representada por el Maestro Guillermo Héctor Zúñiga Martínez; “Vía
Veracruzana”, representada por el licenciado Amadeo Flores Villalba; la
“Asociación Política Cardenista”, dirigida por el contador público Antonio Luna
Andrade; a “Democráticos Unidos por Veracruz”, por el licenciado José Luis
Arcos Jiménez; y al “Foro Democrático”, que conduce el Ingeniero Manuel Zamora
Casals.
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